domingo, 23 de octubre de 2016

EL CONGRESO DE 2016

En enero de 2015 nos reunimos en Granada para celebrar el encuentro anual de la Asociación de Críticos, Escritores e Investigadores de Flamenco, a veces referido como el congreso pequeño por la duración de sólo dos días, en comparación con el congreso grande o Congreso Internacional de Arte Flamenco, que se extendía de miércoles a sábado inclusive. Ambos eventos tenían aspectos propios que los diferenciaban en la estructura de los mismos, en los premios y en la afluencia de congresistas,  más numerosa en el Congreso Internacional. Por otro lado, ambos eran nómadas, permítanme la expresión, celebrándose a principios de año el congreso pequeño y el congreso grande en septiembre.

Con la crisis económica, la devenida falta de subvenciones dificultó la continuidad del Congreso Internacional que, en los términos establecidos entonces, precisaba de cierto presupuesto para cubrir gastos de cedés y libros para los congresistas, como también actuaciones, almuerzos y cenas que más o menos en parte o en su totalidad eran asumidos por organismos oficiales.

De alguna manera, el momento económico del país también se dejó sentir en la previsión de futuro para el congreso pequeño.

Igual que en el día a día, a veces un contratiempo personal nos produce la sensación de que cuatro gotas pasajeras nos van a impedir realizar un viaje, o de que el vaso está medio vacío o de que ya no nos quiere nadie, la crisis económica  cuestionó la confianza en el futuro de los dos congresos porque además no se veía gente joven en los mismos…

Con los vientos de esas dos perspectivas se formó un nubarrón negro, negro, negro.

En Granada el congreso pequeño, que había sobrevivido seis años a la última convocatoria del congreso grande respiraba un sentimiento de despedida, medio disimulada, que embargaba los ánimos de  algunos que solo veían el fin de una trayectoria trabajada e ilusionada en los encuentros anuales de la familia flamenca.

Quizás el sentimiento del esfuerzo y de la ilusión que habían empleado durante tantos años quienes convocaban estos encuentros, les llevó  a conceder el trofeo  A.C.E.I.F. “por su dedicación al Mundo del Flamenco y a esta Asociación”  a una persona cuyo humilde mérito era su constancia en defender  la importancia de esos encuentros y animar a celebrarlos en su esencia de estudio y convivencia, con el convencimiento de que la edad de los asistentes no debe condicionar la importancia de los mismos y que, de natural, sólo se necesita dar a conocer lo bueno que se cuece para que la mesa vaya ampliando el número de comensales.

Finalmente, en octubre de 2016 en Puente Genil, nos hemos vuelto a reunir la familia flamenca en un congreso  renovado, para seguir hablando del flamenco desde dentro del flamenco. Esa es la característica principal que subyace a nuestros congresos y que los distingue esencialmente de otros encuentros sobre flamenco.

Con la denominación de XXXVIII Congreso Internacional de Arte Flamenco y un programa enunciado como "Puente Genil en la encrucijada del flamenco", durante los días 14 y 15 se han desarrollado, a pleno rendimiento, intensas actividades académicas de mañana y de tarde en el Teatro Circo de la ciudad, recepciones oficiales, visitas a casas cuarteles de cofradías, exposiciones fotográficas, cenas y actuaciones flamencas en el  Salón “Fosforito” del Hotel Las Acacias y visita turística para acompañantes.

El evento del reencuentro  respiraba vitalidad,  congratulación y futuro. El telón de fondo era el  homenaje al maestro “Fosforito” en su propia tierra de nacimiento en la que, además de respirarse su influencia en el devenir flamenco del lugar, existe el museo “Fosforito” del que, siendo difícil expresar en pocas palabras la importancia del mismo, quizás lo mejor sea decir ¡que no se lo pierda nadie!  

En cuanto a la actividad académica, inaugurada con una magistral conferencia de D. Antonio Fernández Díaz “Fosforito”, que por su contenido y estilo, también lo mejor que se puede decir es ¡búsquenla donde pueda encontrarse y léanla! Se sucedieron mesas redondas sobre “La importancia del Concurso de Córdoba de 1956 en el Arte Flamenco”, “Puente Genil en la encrucijada del Flamenco”; ponencias “La poesía flamenca de Juan Rejano en el contexto de la Generación del 27”, “Ricardo Molina Tenor, flamenco y poeta”, “Puente Genil en el mundo de los festivales flamencos”, “Nuevas líneas de investigación en el Flamenco”, “Estética en el arte flamenco del enclave. La estética de lo jondo”; comunicaciones “El zángano de Puente Genil en la creación personal y discográfica de “Fosforito”, “El flamenco en Cervantes y  su tiempo”, “La Importancia de las peñas flamencas en el desarrollo y promoción del arte flamenco”, “La saeta cuartelera de Puente Genil”, “La estética en el baile”, “Vindicación de las artes de nuestra alma”.

El programa estuvo tachonado por una proyección sobre Puente Genil, actuaciones académicas de guitarra y de baile. Permitan una mención especial a la excelente escenificación de “Nazareno y Olivares” “una aproximación a la vida y obra de “Fosforito”

La cena de clausura cerró las jornadas del Congreso con una actuación de cante y guitarra.


El duende flamenco disipó las circunstanciales dudas sobre los encuentros de la familia flamenca.

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