viernes, 23 de diciembre de 2016

N A V I D A D

Algo fluye de tus días Diciembre
que embriaga el espíritu
de ambiente de paz.
Días lluviosos, noches claras,
fríos de escarcha, veladas familiares
todo se tiñe de color y de luz.
¿Se oyen campanas?
¿brillan más las estrellas?
¿qué estamos esperando?

Dicen que es una comida,
que son regalos y parabienes,
que las fiestasestán cerca,
que después todo pasará.
                Comidas,regalos, parabienes
todo el año se repiten…
¿qué tienen tus días Diciembre
que no sabemos explicar?

Dicen que la humanidad entera
celebra un nacimiento
y aun olvidando al Niño
festeja la Navidad.
En medio de las comidas
de los regalos y parabienes
Su Presencia se hace notar.
Se sienta entre nosotros,
convierte su llanto no escuchado
en notas de armonía
que hablan de Amor y de Paz.
                En  medio de nuestras fiestas,
De nuestras comidas y bebidas,
 de nuestras mil majaderías
un sentimiento distinto
nuestras almas invadirá.
Es el Niño que mendiga
amor para los hermanos
y a cambio nos regala
una sonrisa de infinitud
que atrae hacia el camino
que El viene a caminar.

¿Serán eso tus días Diciembre
fe, esperanza y caridad?

miércoles, 7 de diciembre de 2016

UN AMIGO SIN TECHO

                       


Almendro decidió escribir un whatsapp a su muy ocupada hija:

   “Te he mandado un e-m”

A veces recurría a este tipo de aviso para asegurarse de que su mensaje sería leído en breve. Y es que, aunque ambas disfrutaban de la “tarifa plana” del servicio  telefónico Almendro, por lo general,  prefería que fuera Alba, su hija, quien tuviera la iniciativa de llamarla, porque así se aseguraba de que estaría de buen humor, pues, Alba se había convertido en una mujer práctica sin grandes concesiones a las relaciones familiares, porque el cariño ya debía sobreentenderse y mucho menos  le importaban las tradiciones, de  las que se preciaba “pasar” de ellas.

El correo que había escrito Almendro para su hija decía así:

“Hola princesa, hola Curro,
El otro día me encontré con un buen amigo que no tiene techo propio y acostumbra a caminar por los pueblos y las calles,  escuchando y hablando con las gentes. Se le puede encontrar en cualquier parte y en cualquier momento. Siempre termina ganándose la simpatía, aunque algunos le ignoran o incluso desprecian.

El otro día me dijo que no le gustaría encontrarse sólo en las fechas que se avecinan y si sabía de alguna familia que pudiera acogerle en cualquier rinconcito de su salón, que él incluso podía dormir en el suelo, que se conformaba con que le sonrieran de vez en cuando y que él también les sonreiría.

Disculpad mi atrevimiento, no sé cómo fue pero pensé en vosotros. Os pido permiso para enviarle a vuestro hogar.

Como no tiene coche para ir hasta donde vivís, intentaré hablar con algún camionero para que, con vuestro permiso, le acompañe hasta vuestra puerta. Creo que llegará pasado mañana Viernes.

Perdonad mi atrevimiento, pero no he sabido decirle que no y como sois tan amables…

Os envío mi cariño,

Mamá”

Alba contestó rápidamente a su madre con otro whatsapp:
          
“Estaba flipando, pero quiero creer que se trata de una metáfora”.

Almendro no contestó a este mensaje. A primera hora de la mañana siguiente sonó el teléfono fijo en su casa. Ella         no tenía la menor duda sobre quién llamaba. En efecto, era la voz de enfurecimiento mal disimulado de Alba:

  -“Mamá, ya te aviso de que en casa no entrará nadie. ¡Faltaría más! Ni Curro ni yo permitiremos que entre nadie”.
-Pero hija, ¿tú piensas que tu madre enviaría a tu casa  a quien no fuera una buena persona? ¿Pero es que no conoces a tu madre, Alba?
-¡Que no, que no! No permitiremos que entre nadie en casa.
-Bueno hija, pues lo único que has de hacer es cerrarle la puerta en las narices. Bueno bonita, tengo que salir. Te mando un beso grande.”

Era la hora del almuerzo cuando sonó de nuevo el teléfono en casa de Almendro. Tampoco ahora  tenía la menor duda de quién estaba llamando. Esta vez la voz de Alba sonó como medio mordiéndose la lengua:

-Maaamáaa…q          ueee yaaa haaa llegadooo eel beléeen… Pero dice Curro que está buscando en la caja y sólo están el Niño, María  y José, que no encuentra la cueva.                                     
-¿Así que habéis acogido a mi Amigo? Veréis que no os molestará. No os olvidéis de sonreírle de vez en cuando, estad seguros que Él también os sonreirá.

A media tarde Almendro recibió un whatsapp, esta vez era de Curro:

“Muchas gracias por el Belén!!! Ya lo tenemos presidiendo el hogar!!! Un beso. ”

Almendro le contestó con otro whatsapp

“¿Veis? mi Amigo ya os ha arrancado una sonrisa, nada más acogerle. ¡Y pensar que no me atreví a enviaros la cueva!