Disculpe que, en esta
ocasión, no reclame su atención para la agenda flamenca aunque, con sentimiento
flamenco, surja del alma.
Nací y he vivido en Cataluña hasta hace seis
años… Indudablemente aquello se ha convertido en una secta que manipula, con
hoja de ruta, los sentimientos de buena gente… He leído con lágrimas el
artículo “No estáis solos” publicado hoy en ABC, dirigido a los policías que
van a la tierra donde nací.
No soy política ni belicista ni nada que se le
parezca, pero creo firmemente en el sentido común.
La increíble desfachatez que impera en el “gobierno
catalán” es la indisimulada careta que blanden para su desesperado intento de
afianzar la mafia que en realidad son.
Por eso, sabiendo que usted forma parte de
defensores del orden, toque directa o indirectamente su presencia estos días en
las calles TOMADAS por grupos irracionales, quiero manifestar, junto a las
buenas gentes, mi respeto a ustedes por su profesión y entrega.
¡Qué
pena, Señor, qué pena!
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