jueves, 28 de septiembre de 2017

¡ QUÉ PENA, SEÑOR, QUÉ PENA !

   Disculpe que, en esta ocasión, no reclame su atención para la agenda flamenca aunque, con sentimiento flamenco, surja del alma.
   Nací y he vivido en Cataluña hasta hace seis años… Indudablemente aquello se ha convertido en una secta que manipula, con hoja de ruta, los sentimientos de buena gente… He leído con lágrimas el artículo “No estáis solos” publicado hoy en ABC, dirigido a los policías que van a la tierra donde nací.
 No soy política ni belicista ni nada que se le parezca, pero creo firmemente en el sentido común.
   La increíble desfachatez que impera en el “gobierno catalán” es la indisimulada careta que blanden para su desesperado intento de afianzar la mafia que en realidad son.
   Por eso, sabiendo que usted forma parte de defensores del orden, toque directa o indirectamente su presencia estos días en las calles TOMADAS por grupos irracionales, quiero manifestar, junto a las buenas gentes, mi respeto a ustedes por su profesión y entrega.

¡Qué pena, Señor, qué pena!

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